Santa paz


Carlos Fuentes, azorado: «¿Ya vieron qué choncha se puso la Colchero?»
Foto: Mural / Roberto Antillón (Dios te bendiga, Róber, por esta foto)

La ceremonia inaugural de la FIL transcurrió sin sobresaltos. Misteriosamente. Cosa rara: primera vez en mucho rato que no había un Nobel entre los funcionariotes, y ni siquiera a Fuentes lo sentaron ahí —a lo mejor estaba maquillándose para salir con Ana Colchero y Gonzalo Vega un rato después. A todo mundo le aplaudieron mucho (a Cravioto y al Alcalde interino tantito menos), hasta al representante de la Suprema Corte de Justicia (que ¿qué hacía ahí?). El secretario de Educación Pública, zalamero, se colgó de la recomendación del poeta Cadenas para hablar linduras de la democracia, el Alcalde angelino hizo dos o tres gracejadas («Va a hablar el pochito», dijo) y, total, todo fueron ovaciones y buena onda. Ni abucheos ni exabruptos ni manifestaciones siniestras del más allá. Misteriosamente.
       El acto fue más bien soporífero —yo llegué a cabecear mientras oía a Adolfo Castañón en su semblanza de Cadenas: soñé que al rector lo había diseñado Pixar—, pero finalmente la feria abrió el paso para ir a revisarla. Más sorpresas: está de lo más bien. Mucho mejor distribuida, con espacios más amplios y hasta con echaderos para sentarse un rato y que no salgan várices. El área internacional, sobre todo, es muy disfrutable. Y luego hay unos coches que me fascinaron: ya voy entendiendo cómo lo más naco puede rozar lo sublime. Hasta donde vamos, la presencia de Los Ángeles está luciendo muy bien, empezando por su pabellón.
       Para hoy, lo importante es ir con Orhan Pamuk —recomendación: aparte de sus novelas, claro, conviene leer su libro La maleta de mi padre, publicado en Alfaguara, para saber qué trae entre manos—, y luego a la entrega del Premio de Ensayo Isabel Polanco (que me intriga: según yo, el libro que lo ganó no es de ensayo). Mientras, a seguir viendo cómo los libros están carísimos —espero, de veras espero, que el viernes de la venta nocturna haya descuentos razonables—, y a eludir el enésimo homenaje a Pacheco, que ¿para qué?

Publicado en la columna «¿Tienes feria?», del suplemento perFIL, en Mural, el domingo 29 de noviembre de 2009.
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