El viaje incesante

Suele repetirse que los viajeros están en peligro de extinción (o que, en todo caso, la especie ha degenerado y lo que hoy sobran son turistas). Por suerte existen los libros de Cees Nooteboom. Este, en particular, vale como el asomo a una paradójica forma de sabiduría: el viaje incesante es la mejor forma de permanecer inmóviles en nosotros mismos. Como anota Alberto Manguel, «el argumento de Nooteboom es aún menos alentador que el de Zenón: según su cartografía, para llegar de A a B antes debemos descubrir Z, que al parecer es inaccesible; y los placeres de la ciudad C, que permanecen difusos en nuestra memoria; y las promesas que ofrece la ciudad de W, que tal vez (o tal vez no) visitemos algún día, o nos la perdamos de manera irremediable para aterrizar en otro lugar completamente distinto».


(Hotel Nómada, de Cees Nooteboom. Mondadori, 2008)

Publicado en el suplemento Primera Fila, en Mural, el viernes 17 de octubre de 2008.
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